Por Dra. Paulina Silva

La sarna es una ectoparasitosis de tipo familiar producida por un ácaro llamado Sarcoptes scabiei variedad hominis. Se mantiene en forma endémica en algunos países, en relación al nivel socioeconómico y cultural de la población, la época del año, las características geográficas y la ocurrencia de desastres naturales, entre otras. El hombre es el principal reservorio de la sarna por la variedad hominis.
Sarcoptes scabiei es un acaro pequeño color banquecino de forma ovalada, aplanado, con cuatro pares de patas. Su ciclo vital se realiza en el estrato corneo, es decir, la capa más superficial de la piel. Ahí la hembra es fecundada, luego comienza a excavar surcos donde va colocando huevos por un lapso de 4 a 6 semanas, para luego morir. Coloca alrededor de 2-4 huevos diarios. Los huevos eclosionan a los 3 a 8 días, dando origen a larvas que, luego de 2 mudas, se transforman en la forma adulta del parásito. El tiempo total del ciclo es 8-14 días.
La sarna es más frecuente en climas templados y fríos, siendo mayor su incidencia en invierno. El mecanismo de transmisión es por contacto directo, siendo los más afectados los niños y ancianos.

¿Qué síntomas da la sarna?
Produce lesiones muy pruriginosas en la piel, de predominio nocturno y progresivo en el tiempo. El inicio de los síntomas se produce 2 a 6 semanas después del contagio cuando es la primera vez que se contrae la enfermedad y antes de 48 horas en caso de una reinfestación. Las lesiones que produce directamente el parásito son la llamada vesícula perlada (lugar por dónde entra el ácaro a la piel) y el surco acarino (túneles lineales, eritematosos y serpiginosos, por donde la hembra va poniendo sus huevos). Los sitios más afectados son lugares de piel delgada como pliegues, zonas interdigitales, debajo de las uñas, codos, muñecas, nalgas, cintura, alrededor de los pezones y escroto. Los ácaros también tienden a esconderse en o sobre pulseras y correas de reloj y en la piel debajo de los anillos. También se producen lesiones indirectas que son producto de una reacción alérgica del cuerpo hacia la infestación por el ácaro. Éstas son muy polimorfas (pápulas, vesículas, ampollas, etc), simétricas y muy pruriginosas. En los niños la distribución es más generalizada, incluso puede afectar cara, palmas, plantas y región retroauricular.

¿Es contagiosa?
Si, la sarna es una enfermedad muy contagiosa.

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la sarna se realiza por el cuadro clínico. Si hay duda se puede hacer un examen de laboratorio complementario llamado Acaro Test, es muy rápido y simple.

¿Cómo se trata?
El tratamiento de la sarna es familiar, es decir, lo deben hacer todas las personas que viven bajo el mismo techo y todos los contactos directos en forma simultánea. Consiste en la eliminación de los ácaros por medio de escabicidas y el tratamiento del prurito con antihistamínicos. Entre los escabicidas más utilizados en nuestro medio se encuentra la vaselina azufrada y la permetrina 5%. Existen distintos esquemas de uso, uno de ellos es aplicarlo desde el cuello hasta los pies por 3 noches (8-14 horas) seguidas, luego 4 noches de descanso y volver a aplicarlo 3 noches más. Además, es importante lavar la ropa en contacto con la piel con agua lo más caliente posible. Los artículos que no se quieran lavar se pueden colocar en la secadora en el ciclo caliente durante 30 minutos, también pueden ser colocados en una bolsa de plástico sellada y retirados al interperie durante 1 semana. Luego de aplicar el acaricida, se deben mantener los antihistamínicos y la lubricación con emolientes, porque el prurito suele persistir aún después de eliminar al ácaro.

¿Si mi mascota tiene sarna, me puedo contagiar?

La sarna de perros y gatos es producida por otras variedades de ácaros que  pueden afectar al hombre produciendo cuadros no característicos, como ronchas pequeñas en las zonas de contacto, que son  autolimitados debido a que esas variedades de ácaros no pueden completar su ciclo vital en la piel humana. Es recomendable evitar el contacto con el animal enfermo, tomar antihistamínicos y usar emolientes para que la piel pique menos y se pueda evitar el grataje.